viernes, 29 de febrero de 2008

EL GATO Y EL RATÓN


He salido de la ducha desnuda y camino ligera hacía el dormitorio.

Al pasar por delante de la puerta abierta del despacho, percibo el movimiento rápido de tu cuerpo. Estiras tu cabeza fuera del cubículo y siento tu mirada acariciando mis nalgas, tus ojos fijos en mi culo y un azote de calor inunda mi vientre.

Cambio de opinión en un instante. Me apetece jugar al gato y al ratón... y pienso ser un gato travieso que se entretiene con la cola de su ratón.

Sin vestirme, regreso sobre mis pasos hasta el salón, me siento en el sofá, recostada sobre los cojines y enciendo un cigarro.

No tardas en aparecer por la puerta y tu sorpresa se transforma rápida en deseo.

Te acercas sin dejar de mirar entre mis piernas.

- ¡Ah, ah! – Niego con la cabeza y te empujo despacito con el pie sobre tu pecho para mantener las distancias – estoy fumando.

Quieres protestar pero mi sonrisa divertida me da unos segundos de ventaja.

- Porque no vas desnudándote mientras acabo.

Empujas con gesto rápido uno de tus zapatos con el otro pie.

- Despacio.

Ahora eres tú quien sonríe divertido. Desciendes el ritmo, los zapatos, los pantalones se pierden con los calcetines a tus pies, el bóxer, ese jersey de cuello alto que tanto me gusta se iza sobre tu cabeza y contemplo el arco de tu axila, el nacimiento de tu brazo y como se yergue tu pecho. Podría sucumbir ahora mismo y abalanzarme sobre tus pezones oscuros.

Crees que has ganado la partida y vuelves a intentar tomar posiciones.

- Todavía no he acabado – y para acallar tu gesto de protesta, esta vez formal, deslizo suavemente mi pie que asciende por tu entrepierna y corona la punta húmeda de tu miembro henchido – podrías ir adelantándome faena. Tócate para mí.

Tu boca burlona dice ‘Ni en sueños’ pero en tus ojos brilla el deseo, late una chispa encendida que me cuenta que accederás.

Una mano cae sobre tu pene y lo aprisiona desde la base, mostrándolo duro y enhiesto. Oprimes antes de ascender, arrastras la humedad del deseo entre tus dedos al bajar y te muerdes los labios en un impulso absurdo de ahogar un ronco gemido.

Aplasto el cigarro y tu detienes el gesto, a la espera.

Levanto ambas piernas y las apoyo sobre tu pecho. Adquiero un poco de impulso y hago fuerza sobre él.

- Tírate al suelo.

A estas alturas, obedeces sin reproches y te tiendes sobre el frío suelo, completamente desnudo, a mi merced, antojo y capricho.

Me levanto despacio. Cuelo mis pies entre el hueco de tus piernas y las abro poco a poco, con ligeras pataditas, hasta llegar a la altura de tu ingle.

Extraigo los pies del encierro, rozando intencionadamente tu entrepierna, dándole un suave golpe con el otro pie que provoca un respingo contenido en tu cuerpo, como una pequeña nota musical que se queda prendida en el aire.

Me coloco sobre tu cabeza y tu lengua, a pesar de la distancia, me busca. Las manos ascienden por mis piernas. Tus dedos largos se enredan en mi vello y en un giro oblicuo acarician los pliegues húmedos.

Te sujeto las muñecas y te aparto las manos – No vas a necesitarlas – te susurro mientras desciendo poco a poco sobre ti, hasta hundir mi sexo en tu cabeza y crucificar tus manos con las mías.

Navegas, furioso y urgente, queriendo borrar una distancia inexistente y que sea tu lengua la que se clave en mí. Persigues la cálida cara interna de mis labios, con avidez glotona, con una ansiedad apremiante, mordiendo mi centro angular hinchado de deseo, hundiendo tu lengua resbaladiza en las profundidades inundadas de mi sexo.

Aprieto con fuerza tus brazos que quieren liberarse, que necesitan asirme con violencia y devorar pedazos de piel que te hagan sentir el dueño, buscas zafarte del encierro y yo sé lo que quieres, siento tu deseo, tus ganas de apretar mi culo y hacer que tu cabeza desaparezca entre mis piernas.

Me dejo caer algo más, abro un poco las piernas y una ligera embestida te ofrece lo que buscas.

Tú dejas de luchar.

Yo también. Aprieto con fuerza y mis uñas se clavan sobre tu piel al sacudirme brutal un orgasmo encerrado en tu boca.

Mis manos se enredan en tu pelo y te retiro la cabeza hacía atrás, tirando de ella. Desplazo mi cuerpo hacía abajo y acoplo mis piernas alrededor de tus caderas.

Sin dejar de mirarte, ni un solo instante. Quiero que sepas que soy yo quien decide que voy a darte. Cuando y como obtendré lo que quiero de ti.

Me dejo caer sobre tu palpitante virilidad, con violencia la hago mía y te poseo hasta que te siento clavado en mis entrañas, sin vía de huída, sin remisión posible. Hundido en mi sexo que te aprisiona cálido y lleno. Me apodero de ti y de tu cuerpo. De tus manos que coloco sobre mis pechos y que oprimo con las mías para evitar que busquen nada más, las quiero ahí, quiero que me aprietes y sentir como se deshacen entre tus dedos, como toda la rabia contenida y el oscuro deseo que sientes latir en ti se concentra en ese punto.

Cabalgo, brusca, salvaje. Sin control, sin cuidado. Sin pensar en nada que no sea yo misma y las oleadas que ascienden entre mis piernas y me sacuden el vientre. Exhibo mi lujuria de forma incontrolada, sin pudor, excitando con mi barbarie la tuya.

Embestidas feroces que te arrancan un orgasmo apretado e incontenible, que te hacen gemir de placer y estallar de ese dolor jubiloso que ha perdido el juicio y la razón.

Pero no tengo suficiente, quiero más, y continúo a lomos de mi propia locura, mientras tus manos aprietan cada vez con más rabia mis senos.

Estallo al fin y derrotada me pliego sobre tu pecho unos segundos hasta recuperar el aliento. Ruedo sobre un costado hasta posicionarme a un lado y sentir el contacto frío del suelo en la espalda.

Es tu turno. Me rodeas con los brazos y deslizas besos en mi cuello. Ahora, puedes hacer de mí lo que quieras.

14 comentarios:

Mónica dijo...

A mi me encanta jugar al gato y al ratón...

Besos

Anónimo dijo...

Buenos dias dana!

"- ¡Ah, ah! – Niego con la cabeza y te empujo despacito con el pie sobre tu pecho para mantener las distancias – estoy fumando."

No, hombre, no. Eso pude provocar una desaceleracion en el corazon de 100 a 0 que puede provocar un infarto por falta de bombeo. Como se puede ser tan mala? jajaja.

Una chica jamas, repito, jamas, puede acostarse desnuda en el sofa, recien salida de la ducha, y decir ah no, estoy fumando. Ah no? Pues o apagas el cigarro a la de ya, o te secas y te vistes y sigues fumando, y cuando lo apagues te des-secas te desnudas y me llamas :s

Que pretendes, que crezca mi ansiedad? Lo consigues, lo consigues ;)Y encima dejas la sensacion de que por fin has accecido, cuando en realidad no es que accedas sino que tu querias pero tenia que ser cuando y como tu quisieras.

Lo dicho, cuidado con las mujeres, que son mas listas que las personas. Buen dia!

Penedictor dijo...

No se como he llegado a este blog pero me encanta leer relatos eróticos, además de saludarte aprovecho para memorizar el blog y en otro momento con más tiempo leer más.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¿De verdad pensabas que iba a aguantarme las ganas tantos días?

Maldita/bendita bruja.

No son horas, mi vida...

No es momento de empezar a imaginar, de fantasear, de soñar, de intercambiar papeles y de jugar a juegos que tantas veces he soñado.

Pero una vez más me vences. Me derrotas por completo y mi imaginación se dispara ya, sin posibilidad de contenerla.

En el fondo sabes que es lo único que deseo.

Hache dijo...

Me gusta ... un buen juego!

Dana dijo...

Y a mí, Mónica sobretodo, si el ratón tiene una cola movidita.

Dana dijo...

Esa sensación Barbatransparente es muy acertada. Por eso, pirata, una chica sí puede hacer eso. Eso y más. :P

Dana dijo...

Pues aquí estaremos Secreto con eróticos… o lo que nos salga del alma

Dana dijo...

Mi querido Senador sólo sé, que no sé nada… ¿Hay horas para los sueños? Pues deben ser las mismas que para los juegos. De la manita van.

Dana dijo...

A mí también Hache :) divertido y satisfactorio ;-) Ya me entiendes.

Tesa dijo...

Normalmente no me gusta la narración a la segunda persona y en presente, al tú, porque da la sensación de que le cuentas al otro personaje de la historia lo que le pasa como si no fuese consciente y dando sólo la visión del narrador. No sé si me explico.
En el caso de los textos eróticos, parece una estimulación de cibersexo en lugar de un relato.
Lo que me pasa en este caso, el de tu "Gato y ratón", es que escribes y describes tan bien, que el platillo de la balanza se inclina hacia tu lado, escritora, y no tengo pegas que ponerle.

Dana dijo...

Es un genero difícil de maniobrar para mí, en ese sentido Tesa

Sucede que la tercera persona elimina - siempre para mí- parte del sentido táctil, de piel, y terminan por resultar demasiado románticos.

Y la primera con agentes externos, me resulta en ocasiones exhibicionista, frívola e incluso fría.

Rarita que es una.

Igualmente, tanteo todas las posibilidades.

¿Cibersexo eh? Buena idea
Besazos.

Fedra dijo...

Te felicito, fue increible, me encantó tu manera de decir las cosas tan poeticamente y brutal a la vez, buena dosis.
Genial :)

ambrette dijo...

Uyy que manera de empezar el dia más dinámica. Por lo menos me has puesto las pilas .

Lo malo es que no tengo a quien dominar en estos momentos jajajaja