miércoles, 9 de enero de 2019

PARCA



Del alma de mis pupilas
arrancas destellos de muerte
velas de lino blanquecino
que anuncian el jugo de mis desvelos.
 
Del junco cimbreante que tintinea
al ritmo sofocado de tus lamentos
desgranas las hojas de verde húmedo
hasta hacerlas morir entre tus dedos.
 
Del cisne lechoso que se arquea
quejumbroso y arrítmico ante tu boca
deslizas, cual veneno en mi sangre,
tu lengua de ambrosía y tizones de tea.
 
De entre los dorados montes
atravesando mis cumbres

seduces viperino mis derroches
arrastrando un lacio destino.
 
Un golpe fatídico
apenas un estoque,
un quejido, breve lamento,
y se funde el fin y el principio.